sábado, 17 de marzo de 2012

¿Qué puedo...que no seas tú?

¿Qué puedo escribir que no seas tú?
¿Qué puedo decir que no seas tú?
¿Qué puedo soñar que no seas tú?
¿Qué puedo desear que no seas tú?
¿Qué puedo querer que no seas tú?
¿Qué puedo leer que no seas tú?
¿Qué puedo amar que no seas tú?
¿Qué puedo esperar que no seas tú?
¿Qué puedo mirar que no seas tú?
¿Qué puedo evitar que no seas tú?
¿Qué puedo odiar que no seas tú?
¿Qué puedo matar que no seas tú?
¿Qué puedo encender que no seas tú?
¿Qué puedo dormir que no seas tú?
¿Qué puedo beber que no seas tú?
¿Qué puedo probar que no seas tú?
¿Qué puedo robar que no seas tú?
¿Qué puedo tener que no seas tú?
¿Qué puedo oler que no seas tú?
¿Qué puedo besar que no seas tú?
¿Qué puedo arañar que no seas tú?
¿Qué puedo sentir que no seas tú?
¿Qué puedo pintar que no seas tú?
¿Qué puedo hacer que no seas tú?
¿Qué puedo abrazar que no seas tú?
¿Qué puedo comer que no seas tú?
¿Qué puedo dibujar que no seas tú?
¿Qué puedo ver que no seas tú?
¿Qué puedo admirar que no seas tú?
¿Qué puedo tomar que no seas tú?
¿Qué puedo inhalar que no seas tú?
¿Qué puedo borrar que no seas tú?
¿Qué puedo insultar que no seas tú?
¿Qué puedo pensar que no seas tú?
¿Qué puedo mentir que no seas tú?
¿Qué puedo observar que no seas tú?
¿Qué puedo hablar que no seas tú?
¿Qué puedo dormir que no seas tú?
¿Qué puedo llevar que no seas tú?
¿Qué puedo herir que no seas tú?
¿Qué puedo adorar que no seas tú?
¿Qué puedo contemplar que no seas tú?
¿Qué puedo imaginar que no seas tú?
¿Qué puedo ... que no seas tú?

jueves, 1 de marzo de 2012

¿Hasta Cuándo?

¿Hasta cuándo estarás en mi mente?
¿Hasta cuándo estarás en mí presente?
¿Hasta cuándo podré recordarte?
¿Hasta cuándo viviré ausente?

Días amargos en un negro valle,
días oscuros inundan la calle,
días profundos, sin perder detalle,
algo invade la luz del valle.

Se apaga la luz del sol,
se acaba todo y se escucha un grito,
no girtes, mi flor, volverá,
volverá a sonreír y a caminar.

Te fuiste, diablillo, te fuiste,
y así quedó ella, amarga y triste;
volvió a llover en la montaña,
pero las flores quedaron sin sol y sin mañana.

sábado, 25 de febrero de 2012

...

Qué larga es la vida cuando se espera al amor,
qué largos son los suspiros y los días de dolor,
qué lentos son los minutos, los segundos y las horas,
y yo espero con amor, con amor espero ahora.

Y me vuelvo a ver si estás,
y respiro y tú te vas,
y camino ¿dónde vas?
y te llamo ¿dónde estás?

Y no vuelvo el rostro a la vida,
y si miro todo es dolor,
y mi vida ya no vale,
sin tu amor es todo horror.

Qué largas son las noches esperando,
qué larga es la vida sin valor,
y cuándo voy a contarte, dime, lo que siento en mi interior.
Y cuándo voy a mirarte a los ojos, y poder contarte de este amor,
y cuándo, dime, cómo, dónde, quién,
quién va a desearte más,
quién va a amarte más que yo,
quién va a quererte más que yo,
quién va, en fin, a odiarte más que yo.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Carta de Amor

Amor mío:
Hoy quiero escribirte una carta solo para ti y a ti, mi único y siempre amado, pero no encuentro palabras para decirte todo lo que siento; aunque se inventara un concepto para definir mi amor este sería incapaz de expresar todo lo que siento por ti.
SIEMPRE Y ETERNAMENTE TUYA
TE AMO.

R.S.L.W.

miércoles, 31 de agosto de 2011

10 principios para un buen principio

Ahora que todos empezamos otra vez, o la mayoría qué mejor manera de empezar con mucho mucho ánimo.
10- Actitud
9-Determinación
8- Coherencia
7- Credibilidad
6- Eficiencia
5- Ingenio
4- Compromiso
3- Capacidad
2- Empatía
1- Rigor

viernes, 3 de junio de 2011

¡Qué complicado!

Qué difícil es en ocasiones seguir hacia delante, caminar en el camino para llegar a la meta, subir la escalera para tocar las estrellas. Qué difícil es sonreír cuando estamos tristes, soñar que estamos volando y estamos tan aferrados al suelo, tragarse el orgullo o simplemente omitir palabras insultantes en un discurso vacío y sin sentido que nos hace retroceder en el camino hacia los sueños.

Y qué difícil es subir la montaña, empezar a caminar por una senda tortuosa y estrecha que no sabemos dónde nos puede llevar. Qué duro, qué difícil es sonreír cada día, al menos para recordarte a ti mismo que sabes hacerlo, que sabes mostrar tu sonrisa preciosa al mundo; porque las sonrisas naturales son más bonitas que aquellas forzadas por una cámara Kodak, y porque a todo el mundo embellece una sonrisa cuando se da en el contexto adecuado o solamente por pensar en alguien que le ha dado "salsa" y "color" a tu vida.

Qué tormentoso, qué agotador, qué cansado, qué dificultoso, confuso, complicado, resulta a veces atreverse a seguir soñando, a seguir avanzando, cuando algo que no podemos controlar, un gran bache, una valla o cualquier factor externo se nos pone por delante, y nosotros nos rendimos una y otra vez pensando que nunca podremos llegar a la meta porque algo ha complicado nuestra existencia sin nosotros poder controlarlo. Cuando vives la presión por cualquier cosa que estás viviendo y no tienes otro remedio que soportarlo sin poder cambiar lo que vives, lo que sientes, lo que esperas, lo que haces, lo que sucede...

¡Dios mío, qué duro! Y sin embargo, en un momento puntual decidimos seguir adelante, pero no podemos, algo nos lo impide aunque sepamos que debemos avanzar porque hay que luchar y derrotar los problemas a los que nos enfrentamos. Simplemente porque todo acontecimiento en la vida probablemente... tenga algún sentido que no desconocemos y que en un futuro podrá ser el detonante que nos ayude a superar dificultades mayores, por eso...

"No hay mal que por bien no venga".

martes, 31 de mayo de 2011

Desconocidos

Aún recuerdo, vida mía, cuando tú y yo nos conocimos, éramos realmente unos desconocidos que no teníamos mucho interés el uno por el otro, y aún lo seguimos siendo. Yo te miraba, tú me mirabas y las miradas de complicidad Iban y venían sin decir nada, sin decirnos nada nos decíamos “Te amo” uno al otro, aunque disimulando, eso sí la complicidad que nos unía para que nadie la descubriese y fuera solamente nuestra. Desde que te conocí, me escondía por los pasillos de la universidad sólo para verte, ya que tú no ibas al mismo curso que yo; averigüé tu horario, investigué las aulas en las que estabas, quise descubrirlo todo sobre ti, e imagino que tú viceversa. Te encontraba cada día a la salida del metro como si estuvieras esperando a alguien en la puerta de la facultad, tú no decías nada, yo no decía nada pero yo sabía que me esperabas a mí, que cada día estabas en la puerta sólo para verme y darte un respiro de las clases que te agobiaban.

Ahora ya hace muchos años de eso, pero quizás no tantos, como para olvidarte y como para que me olvides. Hará dos días te vi con una chica, sí, pero nuestras miradas se volvieron a cruzar, nuestros corazones volvieron a latir uno al son del otro como si fueran uno solo. Te vi, me sonreíste, te sonreí y eso me alegró el resto del día, hacía tanto tiempo que no me pasaba algo así… hacía tanto tiempo que no sonreía… hacía tanto tempo que no te veía… yo seguía asistiendo a la facultad de psicología, pero al parecer tú te habías mudado de carrera, habías terminado una y ahora estabas en la facultad de filología, justo en frente. Me enteré de que te habías matriculado en filología hispánica y en ese momento no dudé ni un segundo en entrar a tu facultad e ir a buscarte y buscarte hasta encontrarte. Ojalá nos hubiésemos vuelto a ver aquel día en el que estuve toda la mañana buscándote por la facultad, tal vez fueras a horario de tarde o tal vez no tuvieras clase aquel miércoles lluvioso, o quizás estuvieras enfermo, no importa; porque, después de unos cuantos años que ya han pasado, sólo puedo decir, que aunque sólo sé tu nombre, desde el día en que te conocí estoy enferma, enferma de amor por ti, y tú y sólo tú puedes calmar esa inquietud, esa ansiedad que me provoca el tenerte tan lejos de mí, el solo hecho de que únicamente puedo contemplarte desde la lejanía y jamás podré darte la mano, ni probar tu suave aliento, ni compartir contigo todos estos secretos que tú no sabes pero que son sólo para ti.